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El contexto arqueológico

La Arqueología permite adentrarnos en el pasado. Escribir lo que sucedió un tiempo a partir de los restos materiales que dejaron atrás. Pero para pdoer reconstruir este gran rompecabezas que es la Historia, es necesario que tengamos el mayor número de piezas a nuestra disposición.

Estas piezas se encuentran en el yacimiento arqueológico y son los objetos, las cosas que, a través de la Arqueología, se recuperan del pasado.

Por eso es determinante recuperar el máximo de información posible del yacimiento. Pero cuando extraemos los objetos del yacimiento, ponemos en peligro gran parte de la información que contiene. En este punto adquiere gran relevancia un concepto muy importante en el estudio arqueológico:

El contexto arqueológico

El otro día estuve parado en la carretera un buen rato sin saber por qué. La cola avanzaba lentamente y, al cabo de 20 minutos me di cuenta de lo que había sucedido. Un accidente que había dejado a los dos coches protagonistas parados en mitad de la calzada. No se movían a la espera de que lelgara la policía. No querían que el accidente se analizara fuera de su contexto.

Del mismo modo que la policía suele aconsejar que no se muevan los vehículos siniestrados en un accidente, como el del otro día, en la Arqueología sucede algo parecido donde las evidencias deben ser estudiadas en su contexto arqueológico original, al menos en el contexto en el que nos las encontremos.

Cuando hablamos de evidencias, nos referimos, no solo a los objetos sino a toda aquella información pertinente que pueda aparecer en el yacimiento. Una estructura, una columna, un agujero, restos orgánicos… Cualquier cosa que haya sido elaborada o provocada por la actividad humana.

Por contexto arqueológico original me refiero al espacio, al lugar donde se depositó, donde se abandonó por última vez tras su uso.

El contexto es determinante para el estudio del conjunto del yacimiento y si una pieza es encontrada fuera de su lugar de origen, pierde gran parte del valor científico.

Cuando Schliemann dio con Troya y encontro el Tesoro de Príamo (en la foto) se le criticó y se puso en duda su descubrimiento al presumirse que más que un tesoro era una recolecta de piezas encontradas en diferentes zonas.

El yacimiento adquiere sentido en su contexto.

Pues bien, en ocasiones pese a que tengas mucho, muchísimo cuidado a la hora de excavar y extraer los restos materiales tal y como se nos presentan, puede que esos objetos se encuentren fuera de su lugar original.

Debes tener en cuenta que en un asentamiento digamos medieval, es más que probable que haya asentamientos más antiguos que éste a niveles estratigráficos más bajos.

Esto conlleva que el asentamiento medieval, en su estado inicial  tuvo que modificar los restos del asentamiento anterior o bien utilizó las estructuras de épocas precedentes para construir sus edificios, lo cual pudo provocar remociones de tierra que hicieron que algunos objetos de una época determinada se colocaran en niveles estratigráficos posteriores o anteriores al suyo correspondiente.

Por tanto ten cuidado con los objetos que aparezcan porque, bastante modificado puede haber llegado hasta nuestros días como para modificar su contexto arqueológico nosotros con nuestras manazas.

Un acontecimiento que puede servirnos como paradigma para entender la importancia del contexto arqueológico sucedió en la vida real antes del siglo XIX cuando se pensaba que humanos y determinados animales como el Mamut no  habían coexistido.

Vamos, era una aberración pensar eso puesto que la vida del ser humano estaba fechada en 4004 años a. C. Sin embargo, los continuos hallazgos de piedra trabajada, con evidencias de manipulación humana en un contexto arqueológico similar al de determinada mega fauna permitieron demostrar  la verdadera antigüedad del ser humano. Por tanto, los restos arqueológicos tienen gran importancia en relación con su lugar de origen y su entorno.

 

Diferentes contextos, diferentes lecturas

No es lo mismo encontrar un puñado de monedas en una tumba que en un agujero junto a las paredes de una casa dentro de una vasija.

O restos de piedras trabajadas (cuando hablo de piedra trabajada me refiero a que ha sido manipulada por el ser humano para crear un filo o una zona punzante) en un basurero que en un lugar concreto junto a una hoguera o dentro de una cueva con restos de animales.

Hay que tener en cuenta que al cabo de mucho tiempo, un mismo lugar ha podido ser habitado por diferentes grupos humanos que pudieron modificar las evidencias de los grupos precedentes.

Por eso a la hora de excavar debes tener en cuenta esto y tratar de diferenciar entre un contexto arqueológico digamos “virgen” y otro modificado, bien sea por acción humana o por fenómeno natural.

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