Por Adrian Carreton Museos

Hola, me llamo Carlos María López Martínez. Soy de Murcia, ciudad en la que he vivido casi siempre a excepción de unos pocos años en los que estuve viviendo en Lorca cuando la empresa comenzó su andadura. Sí, sí. He crecido con esta empresa desde que se fundó.

Los ratos libres que me deja el trabajo los dedico leer, novela histórica, negra y sobre todo literatura fantástica. Me encanta Tolkien, G.R.R. Martin, A. Sapkowski y últimamente he descubierto a Brandon Sanderson y Joe Abercrombie, dos escritores jóvenes que han demostrado que éste genero literario es algo más que elfos y enanos. También me encanta jugar a la play station online con mis amigos, cocinar y, cuando puedo, viajar.

En los últimos años he tenido la suerte de hacer viajes apasionantes. ¿Cuál es mis destino preferido? Italia, el país que más me gusta: patrimonio, historia, paisajes, gastronomía, etc., aunque también he disfrutado mucho en otros lugares como Egipto, Siria, Bulgaria o Escocia. Tengo muchos sitios a los que me gustaría ir: China, Nueva Zelanda, Jordania …., pero si hay un lugar que estoy deseando conocer es Nueva York.

Formación académica

Me licencié en Historia en la Universidad de Murcia en el año 1999. Durante los primeros años no tuve claro cual iba ser mi especialización hasta que en tercero me decanté por la historia antigua y la arqueología. Comenzé a colaborar, con los que luego serían mis socios en la empresa, en lo que hoy es el CEPOAT (Centro de Estudios del Próximo Oriente Antiguo), catalogando su biblioteca, el archivo fotográfico o participando en las excavaciones de los Baños Romanos de Fortuna, mi primera excavación arqueológica junto a la del alfar de la Maja, en Calahorra (La Rioja).

Al terminar la carrera leí la tesis de licenciatura sobre un tema un poco excéntrico, el collegium dendrophorum, una corporación profesional romana que, entre otras cosas, se dedicaba al transporte de madera.

Mis primeros pasos en el yacimiento

Participé durante varias campañas en las excavaciones de otros tres yacimientos que me animaron a embarcarme en esta aventura profesional: la villa romana de la Quintilla (Lorca), el conjunto ibérico de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) y en la ciudad romana de Tusculum, a unos 30 kms al sur de Roma.

Sin duda, de todos los yacimientos en los que he estado, este último es al que más aprecio le tengo. Es un yacimiento espectacular, situado en un parque natural, aprendí mucho con el equipo de la Universidad de Murcia dirigido por la Dra. Elena Ruiz Valderas, conocí a gente de toda España e Italia y, por primera vez, pude visitar este país, recorriendo Roma, Napoles, Viterbo, Terracina, Tivoli, Ostia …etc. Ah si, también disfruté de su gastronomía…. Antes he olvidado decir que me gusta mucho comer…… 🙂

Mi trabajo en Patrimonio Inteligente

En los primeros años en Arqueoweb pude compaginar mi labor en la empresa con el trabajo en Museos. Durante tres años estuve trabajando en el Museo Nacional de Arqueología Submarina (antes de ser Arqua), algunas colaboraciones como guía en el Museo de la Universidad de Murcia y año como monitor de arqueología en el Museo Arqueológico de Lorca.

A lo largo de este tiempo he ido haciendo algunos cursos de especialización en museografía hasta que, finalmente, me he encargado de coordinar los trabajos relacionados con museos en Patrimonio Inteligente. Recientemente me he encargado, con el resto del equipo de museos de la empresa, el montaje de dos de las salas de la exposición del Museo Arqueológico Municipal de Lorca, dos exposiciones itinerantes (Huellas de la Cultura Judía en Lorca y Miradas a la Mujer Ibérica) y la muestra Tesoros Restaurados del Museo Arqueológico de Lorca.

Sin embargo, no solo me dedico a museos. También me encargo de coordinar el diseño y la programación de interactivos, de hacer guiones para audiovisuales de temática histórica o arqueológica, documentación histórica para ilustraciones o páginas web y….., preparar licitaciones para nuevas obras. Es un trabajo duro puesto que se le dedica mucho tiempo y sólo en algunas ocasiones tienes la suerte de conseguirlas pero al final el esfuerzo vale la pena.

Este tipo de tareas me ha permitido trabajar con muchas personas de ámbitos muy diversos, relación que te enriquece tanto en el plano profesional como con el personal. Un ejemplo ha sido la fabricación e instalación del Museo Arqueológico de Alfaro, dedicado monográficamente a la ciudad romana de Graccurris. Un trabajo que hubo que hacer en un solo mes y con el que tuve que trabajar estrechamente con un amplio grupo de profesionales (a la par que amigos): arquitectos, diseñadores, carpinteros, informáticos, un ilustrador y un técnico en audiovisuales.