Esta semana es el aniversario de un descubrimiento. Un hallazgo que sorprendió a la comunidad científica de la época por su rareza. Y es que se encontraron los restos de un ¿individuo? De más de 3 millones de años. Pero venga, ¡hablemos con propiedad que esto es un blog de Patrimonio Cultural! ¡Y corporativo! Corría un 24 de noviembre de 1974 en una remota tierra desierta en mitad de la nada a unos 160 kilómetros de Addis Abeba (Etiopía) cuando el paleoantropólogo Donald Johanson encontró los restos de lo que hasta entonces era el homínido más antiguo encontrado: Lucy.

Pese a que vinieron más antiguos, Lucy ocupa un espacio importante en la historia de la evolución humana y es considerado (considerada) un antepasado del género homo al que pertenecemos el ser humano moderno.Lucy representaba un paso adelante en la evolución al ofrecer un esqueleto que indicaba que caminaba erguida, como lo hacemos nosotros los humanos. Algo que hasta entonces no se había visto, lo que hizo plantearse en un primer momento que se trataría de uno de los primeros humanos, la madre de tod@s nosostr@s, el mal llamado eslabón perdido. Por eso Lucy y evolución humana están estrechamente relacionados. Voy a dejar a Lucy ahora y voy a comentar la cuestión de la evolución. Aquí tienes otro artículo sobre el descubrimiento de Lucy.

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La evolución humana

Los estudios sobre evolución desde el descubrimiento de este homínido han dado muchas vueltas. El árbol genealógico de la humanidad no ha hecho más que aumentar en volumen y en extensión. Y de hecho incluso a mí que, pese a no tener mucha idea en paleoantropología (disciplina que se encarga del estudio de la evolución humana), tengo cierto interés en el tema, me cuesta a veces saber dónde se encuentra el estudio de nuestro pasado. Pero antes de entrar en materia sobre la evolución vamos a definir lo que se entiende por eso:

La evolución humana hace referencia al largo proceso de cambio que ha protagonizado la humanidad desde su origen a partir de los primates. Este proceso de evolución a partir de los primates comenzaría hace unos 6 millones de años.

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¿Qué nos hace humanos?

Una de las primeras características de la humanidad es la manera de caminar. El bipedismo. La habilidad de caminar sobre las dos piernas se desarrolló hace unos 4 millones de años. De ahí que Lucy fuera considerada la primera humana durante cierto tiempo. Su estructura ósea ofrecía que caminaba erguida. Otra de las características de los humanos es el tamaño del cerebro que es mayor que el resto de primates. Parece que ese tamaño “nos” permitió elaborar herramientas que nos empujó a dar un gran paso evolutivo. Si estoy escribiendo en mi ordenador ahora mismo es porque alguien hace mucho tiempo golpeó una piedra con otra para conseguir una lasca y así descarnar mejor a su presa. Otra característica indiscutible del ser humano y que nos diferencia del resto de especies es el lenguaje, una de nuestras formas de comunicación.

Los humanos pertenecemos al género homo del grupo de los primates que evolucionó hace unos 8 millones de años. ¡Ahí es nada! En más de alguna ocasión mi hermana mayor me recuerda que “venimos de los monos”. Y se me hace difícil negárselo en vista del comportamiento de algunas personas en la actualidad. Pero esta afirmación no es del todo cierta. Sería algo así como decir que el zorro viene del perro cuando ambas especies son diferentes aunque vienen de un mismo ancestro común cánido. Pero son diferentes, ¿me explico?

El Homo sapiens, nosotr@s, se desarrolló primero en África y de ahí que muchos de los proyectos sobre el origen de la humanidad se lleven a cabo en ese continente, donde apareció Lucy. Actualmente (esto es importante puntualizar ACTUALMENTE) se considera que el árbol genealógico de la humanidad se compone de entre 15 y 20 especies aunque hay científicos que discrepan de esta cifra. Increíble ¿¡verdad?! El principal problema es discernir las diferencias entre especies. Pero otra pregunta respecto a la evolución humana es ¿por qué no existe otra salvo la nuestra en la actualidad?