La UNESCO no necesita presentación. Es una institución conocida mundialmente y relacionada con el Patrimonio Cultural mundial. Pese a esto, he de reconocer que es una organización bastante compleja, compuesta por muchas instituciones, muchas delegaciones y muchos cargos que dificultan una visión clara de su organización.Pero bueno, podría decirse que es normal teniendo en cuenta de la inmensa organización y el tremendo trabajo que realizan a nivel mundial.

Una de las labores de la UNESCO, descrita ya en su declaración inaugural, deja bien claro su objetivo global. Y dices así:

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La labor de la UNESCO es la de “contribuir  en la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información”.

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Centrándonos en lo que nos atañe en este espacio, el Patrimonio Cultural, la UNESCO  es la policía del Patrimonio en el mundo. Se encarga de velar por la conservación de los bienes culturales y promueve convenios entre países y actividades divulgativas y didácticas en todo el mundo.

De entre sus labores, destaca los documentos elaborados en defensa del Patrimonio Mundial. Uno de los documentos más reconocidos es el llamado oficialmente como “Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial, cultural y natural” o como se conoce generalmente “Convención de París” firmada en 1972 y constatada en 1992.

 

¿Qué aportó la Convención de París?

Con esta Convención surgió una serie de innovaciones en cuanto a la gestión y protección del Patrimonio Cultural mundial.  Por primera vez se introdujo el concepto de “Patrimonio Mundial” (o Patrimonio de la Humanidad) entendido como “los bienes que por su valor excepcional deben ser protegidos a nivel internacional”.

A partir de esta definición, se creó también un sistema de selección de bienes culturales de todas partes del mundo que cumplían con esa definición y que merecían ser protegidos y conservados. Para ello, se creó en esta misma convención un comité compuesto por 21 personas para estudiar todos los casos de bienes culturales para incluir en esta lista de Patrimonio Mundial. Desde entonces, este grupo de “expertos” componen el Comité del Patrimonio Mundial.

Otro aspecto a destacar de la Primera Convención de París de 1972 es que, pese a que se trata tan solo de un tratado de “socios” sin obligaciones en sí mismas, desde su inicio se ha respetado los principios establecidos en ella por todos los países miembros y ha permitido salvar gran cantidad de bienes en todo el mundo y es aceptada casi por todos los Estados.

Pero a pesar de la indiscutible labor en defensa del Patrimonio que ha hecho la UNESCO desde entonces, ha habido también algunas dificultades (como no podía ser de otra manera) en cuanto a la defensa del PatrimoniovMundial. Tal es el caso de la destrucción de la ciudad Patrimonio de Palmira por parte del Estado Islámico. Es evidente que la Convención de París, sin tener una base legal internacional de obligado cumplimiento, no puede evitar ciertos atentados contra el Patirmonio.

Una de las alternativas que ha propuesto la UNESCO para estos casos en los últimos meses ha sido el de la creación de “Cascos azules de la cultura“. No evita el problema pero servirán de apoyo en caso de destrucción o peligro de Bienes de Patirmonio Mundial en algunos paises.

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El comité de “Patrimonio Mundial”

Este comité se encarga de estudiar los bienes susceptibles de entrar a formar parte de la Lista del Patrimonio de la Humanidad. Estudian también el estado de conservación de los bienes integrantes de la lista y denunciar los incumplimientos de los estados en la conservación de estos bienes. Éste comité designa las medidas a tomar para abordar la conservación o restauración de un bien de la lista.

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Cómo entrar en la Lista de Patrimonio Mundial

¿Y en qué se basan para decidir si un bien entra a formar parte de la lista de Patrimonio Mundial? El Comité se basa principalmente en 10 criterios establecidos en 2005 y que simplemente se debe cumplir uno de todos ellos para entrar en la lista. Y son los siguientes:

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1. Ser una obra maestra de genio creativo.
2. Haber sido testigo de un importante intercambio de valores humanos a lo largo del tiempo.
3. Aportar un testimonio único o excepcional de una tradición cultural o de una civilización, existente o desaparecido.
4. Ser un edificio singular, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustre una etapa significativa de la historia de la humanidad.
5. Ser ejemplo singular de una tradición de asentamiento humano representativa de una cultura.
6. Estar directamente asociado con sucesos o tradiciones vivas de destacado significado universal.
7. Contener fenómenos naturales o áreas de de excepcional belleza.
8. Ser ejemplo representativo de una etapa importante de la historia de la tierra.
9. Ser ejemplo singular de procesos ecológicos y biológicos.
10. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad.

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Como puedes comprobar, estos criterios mezclan aspectos relacionados con el medio ambiente y con la cultura. Supongo que la razón es que sea Patrimonio natural o cultural, si cumple el requisito, es un bien de la humanidad y por tanto no es necesario hacer diferencia.

Cada año, el comité se reúne dos veces para tratar las peticiones de bienes para incluirlos en “La Lista VIP”. Es de imaginar la gran cantidad de bienes que intentan entrar en este grupo. Como característica general y destacada, llama la atención la mayoría abrumadora de bienes que forman parte de Patrimonio Mundial correspondientes a países occidentales.

Un hecho que ha llevado en los últimos años a la UNESCO a plantear alternativas o nuevas formas de declarar los nuevos bienes. Porque no me creo que casi todos los bienes se encuentren en territorio occidental. Está claro que, pese a que La Convención de París ha funcionado generalmente bien, debe ser revisada cada cierto tiempo para ir adaptando los criterios a los tiempos.