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El viaje de un artefacto desde su origen hasta el yacimiento arqueológico

Antes de de ponernos el cinturón y prepararnos para un viaje de miles de años, vamos a definir el término artefacto. En Arqueología, que ya sabes que es una ciencia muy fetichista, el estudio del pasado se basa principalmente en los objetos. Estos objetos arqueológicos se conocen como artefactos que son piezas que han sido hechas por humanos y que representan un tipo de cultura o peculiaridad de esa cultura.

Es decir, son las cosas que un grupo humano ha creado con sus propias manos, sus técnicas, sus tradiciones, sus estilos… Esos artefactos (algunos de ellos), por una razón o por otra, terminaron siendo abandonados y pasaron al olvido conformando el yacimiento arqueológico que en nuestra era excavamos.

Pero no todos los artefactos tienen el mismo significado

A veces, un objeto sufre variaciones desde su creación y, por tanto, en su viaje en el tiempo no nos llega en su estado original. Además, hay que tener en cuenta que muchos yacimientos arqueológicos han sufrido remociones de tierra lo que ha modificado las capas estratigráficas y todos los objetos en ellas.

Reconstruir una historia a partir de las pistas

Por eso excavar es tan divertido; porque conforme metes la pala, y aparecen cosas, vas conformándote una historia y preguntándote por la persona que lo hizo. Al menos, tenemos que intentarlo.

  • ¿Quién lo hizo?
  • ¿Para qué quería un artefacto así?
  • ¿Consiguió su cometido?
  • ¿Será el resultado final o estará modificado?

El proceso de elaboración de los artefactos

El comportamiento humano a la hora de elaborar y crear objetos es, por lo general, bien parecido:

1- Primero la persona debe adquirir la materia prima. El sílex para una herramienta, el asta de un animal para un útil, la madera de un árbol para una lanza….

2- Una vez adquirida la materia prima, la persona tiene que modificarla para conseguir el producto final, el artefacto. Esto es un proceso tremendamente complejo que, a pesar de que lo hacemos a diario, supone un paso tremendo para la evolución. Ser capaces de elaborar pensamientos abstractos y ver objetos determinados en piezas informes. En definitiva, la inventiva.

3- Fabricado el artefacto, viene su uso. Probar el objeto para el fin que se ha realizado. Alumbrar un hogar, coser unas pieles, despegar la carne del hueso del animal, cazar…

4- Una vez utilizado, y al cabo de un tiempo, el artefacto, o bien deja de ser útil o se pierde o se abandona el lugar para ir a habitar otra estepa.

Todo este proceso puede comprobarse en un artefacto. Pero no siempre a partir del paso 4 sino que podemos encontrar en el registro arqueológico piedras que se han usado para elaborar herramientas pero que finalmente, por diferentes razones, no consiguieron extraer la pieza buscada y se desechó.

En cualquier caso, el artefacto es un testigo directo del pasado. De la persona que lo trabajó y de su grupo.

Quizás el caso de las herramientas de piedra sea el más común y el más sencillo de averiguar si se trata del producto final o de la materia prima sin trabajar. Pero hay otros casos en los que no es tan sencillo si nos encontramos ante el producto final o con modificaciones.

Su abandono, en cualquier caso, se puede producir también de diferentes formas que tenemos que averiguar si es posible:

  • Puede dejarse abandonado en el asentamiento que se deja. En este caso depende de la naturaleza que llegue o no a nuestros días.
  • Otra opción es que no se pretendiera abandonar sino que se dejó olvidado o de forma precipitada. ¿Un ataque tal vez?
  • A veces nos encontramos con “tesorillos” compuestos de piezas diferentes que formaban parte de una persona concreta y que se guardaron en un “lugar seguro” con la idea de volver a recogerlo.

Estas son algunas hipótesis sobre la procedencia de un artefacto. Pero puede suceder de muchas otras maneras. El caso es que, en ocasiones, tenemos la fortuna de que, por una u otra razón, determinados artefactos llegan hasta nuestros días a través de los yacimientos arqueológicos en un viaje de miles de años. Es nuestro trabajo averiguar en qué condiciones se produjo ese abandono (o no tanto).

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